El glaucoma es una enfermedad que tiene como resultado la degeneración de los tejidos sensibles del ojo, fibras nerviosas de la retina y especialmente el nervio óptico, que es el encargado de transmitir las imágenes visuales al cerebro. En la mayoría de los casos este trastorno se ocasiona como consecuencia del aumento de la presión interna del ojo.
Las principal causa de la aparición del glaucoma es el aumento de la presión intraocular, sin embargo, no es la única causa dado que algunas personas desarrollan esta enfermedad con una presión intraocular normal.
Las personas mayores de 40 años de edad, así como las personas con miopía, diabetes, o con antecedentes familiares de glaucoma. Individuos que han sufrido traumatismos oculares tienen también un riesgo mayor.
La mayoría de los glaucomas se mantienen asintomáticos hasta etapas avanzadas. Por lo tanto se recomienda el chequeo periódico, especialmente para aquellas con un mayor riesgo, para una detección del glaucoma temprano.. Algunas personas, especialmente si hay un rápido aumento de la presión del ojo, puede experimentar uno o más de los siguientes síntomas:
Las tres pruebas básicas para la detección de glaucoma son:
El glaucoma no tiene cura. El tratamiento adecuado y un seguimiento regular puede conservar la visión residual evitando daños mayores. Existen varios medicamentos para reducir la formación de líquido dentro del ojo o facilitar el drenaje del ojo. Para la mayoría de los pacientes con glaucoma, el uso regular de medicamentos es suficiente para controlar la presión dentro del ojo. Sin embargo, si el control de la presión no es satisfactorio, otras modalidades como el láser o la cirugía pueden ser consideradas.