La baja visión es una limitación o pérdida visual importante e irreversible que no puede ser corregida con gafas normales, ni medicamentos o cirugía, sino que requiere de ayudas visuales específicas (ópticas y no ópticas) en Baja Visión para aprovechar al máximo el resto visual (el % de vista que conserva).
El resto visual depende de la agudeza visual (capacidad de distinguir las formas de los objetos a cierta distancia) y el campo visual (ángulo que el ojo ve). El campo visual se reduce, o por los laterales o mediantes manchas que se forman en el ojo.
La repercusión más inmediata se tiene en las tareas cotidianas como leer, ver televisión, usar el ordenador o móvil, coser o cocinar. Pasan de ser sencillas actividades a actividades que pueden generar un gran sentimiento e inseguridad, frustración y un descenso de la autoestima para el paciente afectado de baja visión.
Esta pérdida visual puede tener su origen en diferentes patologías, especialmente las que afectan al nervio óptico o la retina:
Un especialista en baja visión ayuda a estos pacientes a potenciar su resto visual y a mejorar su calidad de vida, ya que aumenta su independencia.
Los principales factores son:
Los visitas al oftalmólogo de pacientes afectados con déficit visual importante cuya causa es intratable son bastante frecuentes. Y cada vez más, ya que al incrementarse la esperanza de vida, alcanzamos edades más avanzadas y y ese tipo de patologías pueden aparecer.
Existen señales que pueden alertarnos:
Si notamos algunos de estos síntomas es imprescindible que acudamos a nuestro oftalmólogo para intentar mantener el resto de vista que nos queda.
Nuestro especialista en baja visión te informará de las herramientas visuales y servicios de rehabilitación existentes para sacar el máximo rendimiento de su vista.
El objetivo es mejorar tu calidad de vida y realizar las tareas habituales con la mayor independencia posible.