Son básicamente Miopía, Hipermetropía y Astigmatismo al margen de otro tipo de aberraciones. Podemos comparar al ojo con una cámara fotográfica en la que hay que enfocar para tener nitidez de imagen. En cualquier defecto de estos, el ojo no tiene la esfericidad correcta para enfocar nítidamente la imagen en la retina, de donde es transmitida a la corteza visual del cerebro, donde se interpreta dicha imagen que evidentemente si hay algún defecto de refracción de los mencionados se verá borrosa.
En la actualidad el defecto de refracción se puede corregir mediante el uso de gafas tradicional, con Lentillas de contacto y, lo tercero, mediante cirugía refractiva.
Nombrándolas, tenemos la Técnica LASIK, Técnica de Tratamiento de superficie avanzado (PRK, LASEK y EPILASIK). Técnica de femtosegundo, Técnica de lentes Intraoculares y también Intraestromales.
Las dos técnicas más aplicadas son LASIK y Tratamiento de superficie avanzado, las cuales usan el mismo láser EXCIMER.
Se realiza corte en córnea, con laser o con microqueratomo levantando un flap, una pequeña lámina de cornea de unas 120 micras de espesor. Una vez levantada esta lámina, se aplica el láser. Posteriormente, se vuelve a colocar la lámina. Siempre existirá ese corte con esta técnica.
Esta consiste en quitar el epitelio corneal, la ultima capa de la cornea de unas 50 micras que se regenera en 48 horas, permitiendo la aplicación del láser con lo que no se debilita la estructura corneal.
Efectivamente. La diferencia está en que Lasik es con corte y la Técnica de Superficie Avanzada es sin corte.
Por eso, nosotros aconsejamos la Técnica de Superficie Avanzada siempre que sea posible por la anatomía del ojo, ya que evita que se pueda mover el flap creado por el Lasik. Además, una vez regenerado el epitelio corneal, el ojo es como si nunca hubiera tenido esa cirugía no viéndose afectada la biomecánica del ojo en ningún momento.
De todas maneras no olvidemos que no hay dos ojos iguales ni circunstancias. Lo mejor es consultar con el especialista para estudiar la mejor solución a cada caso.
Para la vista cansada también existen varios métodos de corrección, como el LÁSER EXCIMER o las LENTES INTRAOCULARES que sustituyen al cristalino.
Antes de realizar la cirugía refractiva, es necesario hacer un estudio personalizado de las características oculares del paciente para determinar si son las idóneas para este tipo de tratamiento. También es básico para conseguir los mejores resultados en agudeza y calidad visual.
Prueba realizada con un refractómetro. El paciente se sienta y apoya el mentón en la máquina, a través de la cual a a observar una imagen que se enfoca y desenfoca. El refractómetro mide cómo se propaga la luz al entrar en el ojo. Así, podemos conocer los posibles defectos refractivos del paciente y determinar, de forma objetiva, las dioptrías de miopía, hipermetropía o astigmatismo que pueda tener el paciente.
Procedimiento que nos permite conocer la presión intraocular. Se realiza con un tonómetro, que mide la presión del humor acuoso (liquido existente en el interior del ojo). Es también una prueba muy simple y rápida, en la que el paciente, sentado delante del aparato, notará un leve soplo de aire en el ojo.
Prueba que nos permite determinar las dimensiones y curvaturas de los ojos del paciente. Se realiza mediante un biómetro, que puede ser óptico (con luz) o ultrasónico (con ultrasonidos). En el caso de la cirugía refractiva, determinan las dimensiones interiores del ojo.
Prueba que nos permite estudiar el relieve de la superficie de la córnea. Se realiza con un topógrafo que mide el grosor y curvatura corneal. La topografía obtenida es un mapa de la córnea en el que se detectan posibles alteraciones e irregularidades de la córnea.
Técnica usada para medir el grosor de la córnea (en micras). El paquímetro ultrasónico utilizado para esta prueba es de contacto de mayor exactitud que el óptico.
Prueba para comprobar el estado del endotelio corneal (capa de células situada en la parte posterior de la córnea). Al nacer tenemos unas 5.000 por mm² pero con el paso de los años es natural la pérdida de estas células. Así, un adulto tiene entre 1.500 y 2.600 por mm². El nivel mínimo
para una función visual normal oscila entre las 600 y 900 células por mm². El recuento se realiza con un microscopio especular.
Prueba permite que con la cirugía refractiva se consiga la mayor agudeza y calidad de la visual. Dos personas con idéntico número de dioptrías
de miopía pueden tener una visión muy diferente según sean las aberraciones de sus ojos. Por esta razón, y para conseguir los mejores resultados, es muy importante determinar los defectos que afectan a la calidad visual antes de realizar la cirugía. Se realiza con un aberrómetro.